viernes, 1 de noviembre de 2013

Dia 8 (parte II)

Estaba en la entrada de la Plaza cuando el sonido de varios disparon me disturbaron. El sonido provenía del interior de la Plaza. Asustado y con curiosidad corrí dentro e intenté encontrar de donde surgían los disparos. Eran del segundo piso, aparentemente de una tienda con el número 208 en ella.
Subí las escaleras e ingresé a ese local. La imagen que ví fué demasiado grotesca. Eran 4 hombres y 2 mujeres tendidos en el suelo. Todos tenían señales de haber sido disparados en la frente. Puse de lado mi suceptibilidad y empezé a examinarlos. ¡No eran personas infectadas! Eran humanos como yo. ¿Se suicidaron? ¿Por qué? Intenté buscar una razón... No encontré ninguna. Busqué el arma asesina, no existía tal. ¿Qué fue lo que sucedió?. Cerca de ellos se encontraba una clase de máquina como las de la televisión, esas que editan,comunica, envian audio y producen. Esta tenía un interruptor que sobresalía de lo demás; lo presioné.
"-Estamos en la plaza, necesitamos ayuda
-¿Hay alguien infectado?
-No
-Espérennos. Vamos en camino, los rastrearemos."

Deduje que lo que se reprodujo fue la última conversación...

jueves, 24 de octubre de 2013

Dia 8 (parte I)

Nací en Callao, en ese tan controversiado lugar. mi nombre es Frank... es todo lo que recuerdo. ¿Qué ha sucedido? Partí al colegio, uno cuyo nombre no tiene sentido. ¿Es este el colegio donde el dueño del diario dejó su mochila? Espero que sí. El colegio lucía muy demacrado, pero eso es lo que menos importaba. Llegé al salón "5C". Encontré la mochila y la revisé y efectivamente había todo lo que se supone que debia haber a excepción del adicional: había una cámara. Necesitaba buscar más sobrevivientes. Tengo que ir a Plaza Sur, quizás los extraños que se comunicaron con "él" ya estan allí. Tantié la dirección puesto que no conosco el lugar; es mas, ni siquiera recuerdo que hago aquí. Cada vez que intento recordarlo, recordar mi pasado, me aparecen extraños y dolorosos recuerdos, una de esas imágenes que me aparecen es sobre una plaza, un desembarco, un secuestro, médicos, luces de colores y un gran dolor de cabeza: deben ser esos efectos secundarios que la gente dice que fumar marihuana causa... Sin darme cuenta, a lo lejos, lograva ver "Las Pizza de Dominó". Estaba en el camino correcto.

martes, 8 de octubre de 2013

Dia 7+x

Mi nombre es Frank. No entiendo que esta sucediendo; he encontrado este diario, estaba sucio y manchado con sangre. No sé qué hacer, perdí a todos mis conocidos. Empezaré a documentar mi estadía en este diario como lo hizo el dueño.  Según él, dejó su mochila en el colegio. Tengo que ir a allá, necesito lo que hay dentro para sobrevivir.

Dia 7

¿Qué es la CBI? Aún no lo sé, pero si no me ayudan prefiero no saberlo... La sirena volvió sonar, esta vez venía de la playa. Me dirigí a la extraña playa. Divisé a lo lejos una especie de balsa militar, era grande, cuadrada y de color a lata. Fui hacia ella. Mientras caminaba me di cuenta que la sirena estaba cerca de la balsa. Paso a pasa la balsa se alejaba más de mí. Era extraño me sentía perdido y no tenía noción del tiempo: El reloj lo había dejado en la mochila. Por lo menos sabía que estaba por atardecer. Llegué a la balsa y encontre papeles y documentos mojados. Estos hablaban del uso de la sirena: "La sirena solo se activa -palabras ilegibles- salir del lugar -palabras ilegibles- escape."
Yo conocía relativamente esta zona, yo solía vivir cerca de aquí hace muchos años. Recordé mi hogar, mi familia... quería regresar a casa.
A paso ligero, me dirigía hacia mi casa cuando la chillona sirena volvió a sonar. Pero esta vez el molestoso sonido se entreveró con un extraño grito, un rugido.
Era una extraña figura izada a lo lejos. Su forma era humanoide, era casi humano, estaba completamente mojado, su cabello era largo y su contextura robusta... no era un infectado. La criatura me miró a lo lejos, gruño y comenzó a acercarse a mi. Yo solo atiné a correr y "eso" me empezó a perseguir. Mientras corria sin mirar donde cogí el arma que traia conmigo y le comenzé a disparar mientras corría. La cosa esa parecía no sentir nada, seguí corriendo, seguí corriendo...

sábado, 14 de septiembre de 2013

Día 6

Después de lo sucedido anoche, decidí salir de la plaza. Era una calurosa mañana, una mañana que se reía de mi. Yo no tenía rumbo alguno y  la mochila pesaba más de lo que debería. Evite pasar por las calles con infectados, las cuales eran muchas.
No había notado lo mucho que caminé: Había regresado al colegio. En mi mente ocurría una lucha de recuerdos: Los mejores momentos sucedieron allí. Me dirigí a mi salón, el 5to C, el cual se encontraba en el segundo piso. Antes recuerdo que, tenía una amiga que me comentaba sobre ciertos experimentos que realizaba el gobierno Nor-Coreano pero yo, como siempre, solo ignoraba sus comentarios. ¿Era este el momento de prestarle atención?. Dejé mi mochila en el suelo y me recosté. Aún terminado de recordar cuando el sonido de una aguda y chillona sirena me asustó. Se escuchaba a lo lejos. Salí del colegio rápido sin haberme percatado que había dejado mi mochila. En las calles, el sonido se escuchaba muy alto, pero no tenía dirección. Salí en busca de la sirena. Caminé y caminé por las calles solitarias de la alameda de la ciudad.
En la segunda callé de la alameda encontré una cancha de fulbito enrejada, una cancha donde yo solía jugar con mis amigos. Decidí entrar. Apenas pise la cancha  la alegría me inundó, todo era genial: Encontré una pelota naranja media desinflada con la cual empezé a jugar. Recordé las épocas donde aún querpia ser futbolista. Patee la pelota. Esta se introdujo en el pequeño, sucio y único baño de la cancha. Cuando fuí a sacarlo me dí con la sorpresa que había un uniformado militar muerto. Tenía un chaleco donde se distinguía "CBI". Entonces fue cuando lo noté: Tenía el mismo uniforme que el extraño hombre que nos ayudó en aquel callejón y luego se suicidó.

Día 5 (Parte II)

Carlos y yo llegamos al fin a la Plaza del Sur a las nueve de la mañana. En la entrada casi, encontré un lapicero sucio y malgastado, un lapicero que utilizare para cronizar mis días, un lapicero que será mi mejor acompañante no vivo.
En la plaza cogimos: municiones de comida, unas tijeras, cinta, walk it talk it, un reloj, una linterna, un encendedor y un cuchillo: Todo lo introducimos en la mochila.
Empezamos a buscar en los locales de la Plaza. En el segundo piso, había un local que nos llamó la atención: El local 208. Ingresamos. Dentro encontramos una improvisada estación de radio. Este conjunto de aparatos tená un botón que al presionarlo noté que era para reproducir la ultima conversación. Presioné el botón, la conversación no se podía entender, era mas ruido que nada. 
Dejamos de lado el aparato y cuando estaba a punto de hablar con Carlos, esta nos interrumpió:
-¡Ayuda! ¿Hay alguien allí? Res...dan
Yo respondí:
-Si, ¿Se encuentran bien? ¿Dónde están?.
El audio que transmitió el aparato fue muy pobre, no logré entender nada por lo que respondí:
-Estoy en Plaza Sur, Plaza Sur, Plaza Sur.
Me devolvieron el mensaje de forma muy poco clara pero obvia:
-Es..., iremos pa... allá. Espe..., espérenos, ...nos.
Y luego se cortó la comunicación. Carlos y yo decidimos esperar hasta mañana por los supervivientes. Ambos pensamos que sería una buena idea separarnos e investigar la Plaza. El decidío investigar por la cochera; yo, hacerlo dentro. Caminé y dí con una librería, ingresé y en una estantería sobresalía un libro que me hizo recordar, recordarla a ella, la chica con la que nunca terminé, la mejor relación de mi vida, a quien dedicaba la mayor parte de mi tiempo, eramos uno solo...
Desperté. Miré el reloj y este apuntaba a las 6 pm. Fuí a buscar a Carlos pero no había rastro de él.
7 pm, y no encuentro a Carlos. Estaba a punto de volver a subir al segundo piso cuando un sigiloso ruido me llama la atención desde la cochera de la Plaza.
-Carlos, ¿Eres tú?
Él estaba parado allí a lo lejos, sin hacer nada. Estaba de espaldas y temblando. Me acerqué ligera y temerosamente a él... Sabía que no estaba bien.
Posé mi mano sobre su hombro. Él volteó, intentó pronunciar una palabra, pero se avalanzó sobre mí, cayendo ambos al suelo. Con solo mirar su rostro me dí cuenta que no era Carlos, no más. El seguía intentando morderme, yo solo resistía. Cogí mi bolsillo y sin nunca antes haber usado un arma, la saqué. Mientras recordaba todo lo que viví con él, le apunté en el rostro...
Ahora la soledad tampoco estaba conmigo.




viernes, 13 de septiembre de 2013

Día 5 (Parte I)

Eran las 2:13 de la mañana y empezabamos a sentir hambre, así que decidímos ir a una pequeña pizzería cercana: Las Pizza de Domino. Una vez dentro, improvisamos y preparamos una pizza, ninguno sabía cocinar.
En la cocina se dio una conversación:
-¿Que tiempos estos no?
-No es necesario que lo digas.
-Quien diría que tú sabes cocinar.
Ambos se rieron.
-Si nada de esto hubiese pasado, hoy estaría la selección peruana de fútbol jugando contra la uruguaya ¡Por la clasificación al mundial!
-¿Tú crees que ibamos a ganarles? -Dijo mientras reía-
-Todo puede pasar.
-¿Cuanto tiempo crees que dure todo esto?
-No tengo idea, pero tenemos que encontrar mas sobrevivientes.
Luego de la conversación, me dirigí al baño y sentí un tacto frío: Algo me cogió el brazo. Era un infectado, mi reacción fue empujarlo y hechar a correr junto con Carlos. La calle se había marcado de rojo: No tenía idea de donde han salido tantos. Corrimos a un callejón cerrado sin saber aún que iba a ser una mala idea. Nos rodearon, el miedo y la ignorancia nos inundaba... ¿Que iba a pasar?
Antes de auto-respondernos, ellos comenzaban a caer uno por uno. Un uniformado armado les había disparado. El extraño hombre nos miró, su rostro expresaba culpa y sus ojos no transmitían nada más que miedo. El extraño hombre pronunció: Debo hacerlo. Y se dió un tiro en la boca.
No era la primera vez que veía a un muerto, pero esta vez, todo era diferente. Cogí con miedo su arma y pude notar que en su chaleco estaba escrito: CBI.
Luego de haber cogido su arma, miré a Carlos y seguimos nuestro camino hacia la Plaza del Sur,